Les presentamos un resumen de nuestro informe, que puedes leer en su totalidad en este link.
La situación por la que atraviesa Luis Manuel Otero Alcántara es resultado de la relación desigual entre el poder del Estado y el ciudadano que expresa inconformidad con las decisiones gubernamentales y exige el respeto y garantía de los derechos fundamentales.
El Estado abusa de su poder y una muestra de ello es que el 2 de mayo, después de encontrarse una semana en huelga de hambre y sed, allanaron su vivienda y fue trasladado a la fuerza hasta el Hospital Universitario “General Calixto García”, donde se ha visto obligado a abandonar su huelga, a partir del tratamiento médico que le fuera impuesto, contrario a Declaración de Malta, que el gobierno asegura respetar.
Anteriormente, el propio Estado había negado en más de una ocasión que la huelga fuera real. La negación permanece cuando alegan que Otero tiene un estado de “inanición voluntaria referida” y, paradójicamente, se encuentra internado e incomunicado desde hace 9 días, bajo la supervisión de un “equipo multidisciplinario que garantiza la recuperación de su estado de salud”. La última nota de la Dirección Provincial de la Salud, la única fuente de información parcial de la que se dispone, insiste en que ha recuperado calorías y que una dermatóloga le puso “un tratamiento”, sin que se explique cuál y la causa del mismo.
La institución violó su derecho a la autodeterminación médica, al no haber podido elegir voluntariamente su ingreso, tratamiento y médicos que lo asistirían, funcionarios del Estado: el Dr. Carlos Alberto Martínez Blanco director del hospital, diputado a la Asamblea Nacional y miembro del Consejo de Estado y el Dr. Ifrán Martínez Gálvez, vicedirector del mismo hospital, que se autopresenta como jefe del equipo especializado que lo atiende personalmente, e incluso, pasea con el paciente por el recinto hospitalario, cámara mediante. También violaron su derecho a la autodeterminación informativa cuando difundieron por los medios oficiales los resultados médicos que conforman su expediente clínico, presuntamente sin contar con su consentimiento.
Hasta este momento, Luis Manuel Otero Alcántara sigue incomunicado y solo se conoce la versión oficial sin que se haya podido verificar con la suya o la de los familiares que han tenido un contacto más cercano, porque se niegan a brindar información detallada a la prensa, a los amigos y al Movimiento San Isidro que representa a Luis Manuel. Mientras, sigue reinando en Cuba la falta de transparencia y se viola el principio de máxima revelación, al impedir el acceso a la información, contrario a los estándares internacionales de protección de derechos humanos.