En el mes de septiembre la crisis interna, en especial la energética, continuó agravando la situación de derechos humanos en el país, con un impacto en los servicios básicos que el Estado está obligado a satisfacer, incluidos los de salud, acceso a alimentos y medicamentos.
En medio de un contexto en que las familias no pueden asegurarse condiciones de vida dignas, la represión es generalizada y sostenida en el tiempo. La región de Occidente, en especial la provincia de La Habana, destacó por ser la más represiva a nivel nacional. Las prácticas aplicadas por los agentes del Estado, aunque siguen siendo mayoritariamente selectivas e individualizadas, involucran a otros miembros de la familia. La ley sigue siendo la herramienta de represión por excelencia, aunque en el mes se observó un incremento de prácticas que constituyen graves violaciones de derechos humanos y pueden dar lugar a técnicas de tortura, un delito de carácter nacional e internacional.