Foto: Archivo Cubalex.
El preso político Leoncio Rodríguez Ponce fue trasladado de forma arbitraria en horas de la madrugada del domingo 7 de diciembre desde la Prisión Provincial de Holguín hacia otra provincia, en represalia por haber iniciado una huelga de hambre.
Según una actualización reciente, tras permanecer varios días en paradero desconocido, se confirmó que Rodríguez Ponce se encuentra recluido en la Prisión Provincial de Las Tunas, conocida como El Típico.
De acuerdo con la información confirmada por Cubalex, fue trasladado de manera forzada y llevado inicialmente a la prisión Kilo 8, en Camagüey, donde permaneció solo unas horas porque las autoridades se negaron a recibirlo. Posteriormente fue enviado al penal El Típico, en Las Tunas, donde actualmente se encuentra aislado en una celda de castigo.
Hasta este momento, no ha podido comunicarse desde el penal, lo que incrementa la preocupación sobre sus condiciones de reclusión y el riesgo que enfrenta. Tampoco se ha podido confirmar si mantiene la huelga de hambre que inició el 1ro de diciembre, una situación de extrema vulnerabilidad dada su avanzada edad y su frágil estado de salud.
El traslado tuvo lugar luego de que la Seguridad del Estado lo amenazara con enviarlo a otra prisión —excepto Guantánamo, su provincia natal— si mantenía la protesta que inició el 1ro de diciembre, en solidaridad con el preso político Yosvany Rosell García Caso, quien recientemente permaneció 40 días en huelga de hambre. Durante esos días, escribió en su almohada y en el tablón de la cama mensajes como “libertad para los presos políticos” y “libertad para Yosvany Rosell”.
El 3 de diciembre, por órdenes del jefe de Orden Interior del penal, fue enviado a una celda de castigo en aislamiento, una medida que agravó significativamente el riesgo para su vida, especialmente considerando su delicado estado de salud.
La salud del preso político es crítica. Padece úlceras, hipertensión, desnutrición severa, problemas renales y reumatismo, condiciones que lo colocan en extremo riesgo ante una huelga de hambre y un traslado forzoso, donde puede estar expuesto a malos tratos o torturas. A sus 60 años, su fragilidad física se incrementa aún más.
Tras 37 años encarcelado, las condiciones inhumanas en las que ha permanecido han acelerado su deterioro. A pesar de ello, se le niega sistemáticamente la atención médica que requiere.
Diez años de destierro y castigos
Leoncio Rodríguez Ponce fue desterrado de Guantánamo hace diez años, a pesar de ser su provincia natal. Desde entonces, las autoridades penitenciarias se niegan a reingresarlo allí, lo que lo mantiene lejos de su familia y dificulta las visitas.
Esta negativa ha dado lugar a múltiples traslados forzosos entre prisiones de distintas provincias. A lo largo de su encarcelamiento, Leoncio ha sido víctima de golpizas, amenazas, negación de beneficios penitenciarios, fabricación de causas penales y traslados forzosos utilizados como mecanismo de castigo y desgaste.
Práctica sistemática de violencia penitenciaria
Los traslados forzosos son una práctica arbitraria habitual en el sistema penitenciario cubano, empleada para aislar, desestabilizar y castigar a las personas privadas de libertad que protestan o denuncian abusos.
En varias ocasiones, Rodríguez Ponce fue amenazado con una “deportación carcelaria” hacia otra provincia. Esta amenaza forma parte de un patrón sostenido: desde que fue sacado de Guantánamo, ha sido movido repetidamente por diversas cárceles del país. Las autoridades se han negado de manera sistemática a devolverlo a su territorio de origen, profundizando su aislamiento como represalia por su postura crítica.
Condenado a 42 años de prisión por su activismo pacífico y su oposición al régimen, Leoncio Rodríguez Ponce es uno de los presos políticos que más tiempo ha pasado tras las rejas en Cuba. Su prolongado encarcelamiento, marcado por abusos continuos, traslados forzosos y negación de derechos básicos, evidencia la gravedad del patrón represivo aplicado en su contra.
Rodríguez Ponce lleva tatuada en la frente la palabra “cambio” como forma de protesta. La Seguridad del Estado lo ha presionado para que se borre el tatuaje a cambio de concederle la libertad condicional. Leoncio se ha negado, reafirmando su resistencia y sus convicciones.
La desaparición forzada, su frágil estado de salud y el historial de represalias en su contra colocan a Leoncio Rodríguez Ponce en riesgo extremo. Cubalex exige a las autoridades cubanas informar de inmediato su paradero, garantizar su integridad física y cesar las prácticas de castigo y aislamiento que violan sus derechos fundamentales.
Hacemos un llamado a la comunidad internacional, a organizaciones de derechos humanos y a la ciudadanía cubana a mantenerse vigilantes. La vida de Leoncio está en peligro. Su caso no debe quedar en silencio.