El espacio Empodérate Cubano, en su emisión número 12,  abordó la represión estatal hacia las organizaciones de la sociedad civil independiente en Cuba. El debate se enfocó en los principales puntos de la audiencia temática “Cuba: derecho a la libertad de asociación”, que se realizó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el pasado 29 de febrero, con la participación de 13 organizaciones internacionales y de la sociedad civil. 

En el debate participaron Laritza Diversent, directora de Cubalex, Kirenia Yalit Núñez, directora de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana y María Matienzo, coordinadora del Museo Virtual de la Memoria contra la Violencia basada en Género.

La audiencia sobre la libertad de asociación en Cuba fue solicitada por estas organizaciones con el objetivo de llamar la atención sobre las estrategias y prácticas sistemáticas del Estado cubano para desarticular la sociedad civil. Durante esta audiencia, se expusieron patrones de represión, incluyendo la neutralización del liderazgo, el hostigamiento y persecución de miembros de las organizaciones, y el acoso a sus familiares, poniendo especial énfasis en la violencia de género.

Foto: Captura de pantalla de la transmisión en vivo del espacio “Empodérate cubano”, que conduce la periodista Iliana Hernández. 

Se destacó que entre 2022 y 2024, hubo más de 350 episodios de violencia contra familiares de presos políticos, evidenciando un enfoque particular en madres, padres y esposas. Además, se mencionó el caso de mujeres políticas presas y la falta de apoyo institucional ante la violencia feminicida en Cuba, subrayando la impunidad de los agresores y la inoperancia gubernamental frente a estos crímenes.

Laritza Diversent resaltó cómo las violaciones continuas a la libertad de asociación afectan también otros derechos fundamentales. Las experiencias de organizaciones como las Damas de Blanco ilustran el impacto de la represión sobre la libre expresión y circulación.

Una de las cuestiones esenciales del debate es cómo a pesar de la negativa constante del Estado cubano a participar en estas audiencias, el esfuerzo por visibilizar estas problemáticas ante órganos internacionales sigue siendo crucial. El caso de Cuba en el sistema interamericano, demuestra la necesidad de un compromiso continuo con las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.

Las participantes expusieron los desafíos a los que se enfrentan las organizaciones de la sociedad civil en Cuba, a la vez que subrayaron la importancia de la solidaridad internacional y el apoyo a la lucha por la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos en la Isla.

El programa enfatizó también la crítica situación de derechos humanos en Cuba y la importancia de denunciar estas violaciones a nivel internacional, además, se insistió en que no es imperativo ser un activista político para enfrentar violaciones de derechos; pues cualquier ciudadano puede ser afectado. La discusión de las panelistas resaltó cómo la comunidad internacional, incluido el Parlamento Europeo, ha condenado las acciones de la dictadura cubana, rechazando la justificación del embargo como excusa para la represión.

Se expuso el caso de Julio Ferrer Tamayo, abogado de Cubalex, quien compartió su experiencia sobre la falta de independencia judicial en Cuba, donde los jueces actúan bajo la influencia del Partido Comunista, evidenciando la ausencia de división de poderes. La discusión avanzó hacia cómo estas realidades fueron presentadas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, buscando educar a nuevos comisionados sobre la verdadera situación cubana, contrarrestando la imagen idílica promovida por el régimen.

Las activistas y defensoras de derechos humanos advirtieron en el programa  la importancia de las audiencias temáticas para visibilizar no sólo casos puntuales, sino el contexto general de represión en Cuba, enfatizando que la solución a los problemas cubanos no recae en organismos internacionales sino en el propio pueblo, con apoyo de la solidaridad internacional. A pesar de los esfuerzos por involucrar a estas instituciones, se reconoce que el cambio fundamental depende de la acción colectiva dentro de Cuba, promoviendo la libertad y los derechos humanos frente a un sistema represivo.

En este programa hubo también un espacio para reflexionar sobre el papel de los cubanos tanto dentro como fuera de la isla en la promoción de cambios, destacando la influencia de los medios de comunicación independientes y las redes sociales en informar y movilizar a la población cubana, evidenciando un creciente interés y participación de los ciudadanos en la isla en estas plataformas digitales como vehículos para el cambio.

Las panelistas se enfocaron en la importancia de educar y sensibilizar tanto a los comisionados internacionales como a la población cubana sobre los derechos humanos y la anormalidad de las prácticas represivas en Cuba. Destacaron que la violencia y el hostigamiento han sido normalizados durante los 65 años de dictadura, lo que ha llevado a una aceptación de la represión como parte de la vida cotidiana. 

Se discutió además cómo la educación sobre derechos humanos es esencial para romper el ciclo de la desinformación y el miedo, permitiendo a los ciudadanos reconocer y rechazar el control y la represión del estado. Se menciona el papel crucial de las audiencias temáticas con la Comisión Interamericana para mantener la visibilidad de Cuba en el plano internacional, enfrentando así el desconocimiento de otros países latinoamericanos sobre la verdadera situación cubana. Se criticó el privilegio  constitucional de organizaciones afines al gobierno, lo que limita severamente el derecho a la asociación y la expresión de la sociedad civil independiente cubana.

El programa enfatizó también sobre  la crisis humanitaria en Cuba, agravada por la represión de la sociedad civil y la falta de reconocimiento del estado cubano sobre esta crisis. La invitadas destacaron la urgencia de que la comunidad internacional reconozca y actúe ante esta realidad, señalando que la labor de las organizaciones de la sociedad civil es vital para documentar y denunciar estas violaciones ante la imposibilidad de acceso directo de organismos internacionales a Cuba. 

El debate reconoció la emergencia de una nueva conciencia entre los jóvenes y familias afectadas por la represión, especialmente después de los eventos del 11 de julio, donde la solidaridad y la lucha por los derechos de los presos políticos han marcado un cambio significativo en la percepción pública del régimen. Se destaca el potencial de las redes sociales e Internet para desafiar el control estatal y promover una cultura de libertad y resistencia.

En resumen, en este espacio se resaltó la necesidad de persistir en la denuncia de las violaciones de derechos humanos en Cuba, al tiempo que se busca apoyo y solidaridad a nivel internacional para impulsar un cambio real que erradique la represión y la corrupción imperantes. Se subrayó la importancia de educar y empoderar a las nuevas generaciones como elementos clave para lograr una Cuba democrática y libre, en la que todos sus ciudadanos puedan disfrutar plenamente de la libertad de expresión y asociación.